Los retos de la GEOGRAFÍA en la educación básica, su enseñanza y
aprendizaje.
¿Quiénes
son los profesores que enseñan GEOGRAFÍA en México?
(RESUMEN)
¿Por qué ser profesor y por qué de GEOGRAFÍA?
Ser profesor implica ser un humanista y
disfrutar del trato con personas, particularmente con niños y jóvenes. Las
relaciones cognitivas y afectivas que establece en la escuela hacen de él un
profesional de la educación que tiene como principal compromiso la formación
integral de sus alumnos. Sin embargo, los profesores que imparten Geografía en
la primaria, la enseñan como una asignatura más que forma parte del currículo
escolar, donde las matemáticas, el español, la historia, las ciencias y demás
asignaturas, comparten su interés y tiempo, meritando el que dedican a la
geografía. Para que pueda haber una buena comprensión y apreciación de la
Geografía, no se debe enseñar como cualquier otra de las materias “seriadas”
sino como una más de las mismas
Ser profesor y de geografía,
implica tomar dos decisiones personales; una, permeada por la afinidad y la
posición social y cultural que busca como proyecto de vida; y otra, que
responde al interés de incorporarse laboralmente en el ámbito profesional de su
preferencia. Además, el profesor se encuentra influido por procesos
formativo-escolares iniciales, por las formas corporativas establecidas para el
ejercicio de su profesión y por el grado de certificación y legitimidad
otorgada por el entorno de amigos, familiares y grupos de iguales. La identidad
profesional de los maestros que enseñan Geografía está formada por aspectos
como la necesidad de reflexionar sobre la inserción en un campo profesional
desde el origen social, la condición de género, las expectativas y concepciones
en torno a la escolaridad, el tránsito por la formación y la trayectoria en el
ejercicio de la profesión, hasta las opciones de futuro elaboradas desde el
presente.
Los perfiles profesionales.
La trascendencia social y cultural del trabajo de los profesores
constituye la razón principal de su práctica educativa, la cual requiere de
maestros comprometidos con la ciencia, la tecnología y el conocimiento, y
también con el desarrollo humano, la mejora económica y la sustentabilidad del
ambiente.
Sin embargo, de acuerdo con los datos de
ANUIES 2008 (SEP, 2009), la formación de profesores en México sólo constituye
5.4% de la población de educación superior, lo que origina que parte de los
profesionistas universitarios ocupen los espacios escolares que no se cubren
con profesores normalistas. Según datos de DGESPE (2009), existen 492 escuelas
normales, de las cuales 297 (61%) son públicas y 193 (39%) privadas, y sólo 32%
ofrecen la formación de profesores de secundaria. Este porcentaje de escuelas
normales ha descendido su matrícula alrededor de 50% en los últimos 10 años, y
no precisamente por deserción o reprobación, ya que sólo 3% de los alumnos
inscritos en ellas no terminan sus estudios.
En particular, esta situación es
más crítica para la especialidad de geografía, ya que algunas escuelas normales
ofrecen la formación en geografía cada cuatro años con grupos únicos, donde
muchos aspirantes no tienen como primera opción de estudios querer ser
profesores, y en otras, ante la baja demanda, se completan los grupos con
aspirantes rechazados de otras especialidades, como historia y biología, entre
otras.
En este sentido, desde 1995 el Programa Nacional para la Actualización
Permanente de los Maestros de Educación Básica en Servicio (Pronap), por medio
de los Centros de Maestros, ha ofrecido Cursos Nacionales de Actualización
(CNA), Talleres Generales de Actualización y, actualmente, Cursos Básicos de
Formación
Continua (CBFC). Los docentes consideran importante actualizarse mediante
cursos o talleres sobre técnicas y estrategias didácticas; orientación para la
formación de los adolescentes; técnicas y estrategias de evaluación, y
contenidos de la asignatura que imparten (SEP, 2004).
La mayoría de los docentes participa en actividades de actualización
(que se reconocen como formación continua, posterior a la formación profesional
inicial), pero 25% de ellos estima que éstas no satisfacen sus necesidades.
Entre ellas destacan principalmente las nuevas tecnologías y las formas de
evaluación. Los docentes reciben actualización en forma gratuita, pero aun así
no incrementa la formación continua, ya que no se recompensa con incentivos
económicos inmediatos ni se traduce en cambios o promociones laborales
directas.
Las trayectorias del aula.
Las trayectorias del aula.
La trayectoria es el tránsito del maestro desde su formación hasta las
prácticas laborales en las que ha intervenido empleando los saberes
especializados, producto de su formación y de los intereses y contextos
sociales e institucionales de su acción profesional. Se reconoce como
trayectoria laboral de los profesores todas las situaciones que se suscitan en
el desarrollo de su trabajo docente, donde la forma de tener acceso al empleo,
el ingreso económico promedio y los años de servicio son importantes. Sin dejar
de valorar su compromiso, actitud, profesionalismo y dedicación observados
durante su desempeño laboral.
Las formas de tener acceso al empleo recrean y reconstruyen los
conocimientos, saberes, prácticas y sentidos del ejercicio docente que se
establecen en el interior del grupo profesional. Una condición particular de
los profesores es saber que su vida profesional transitará a través del empleo
como docente, donde no se vislumbra inicialmente de forma clara y evidente
otras tareas que son consustanciales a la docencia, como la investigación de su
práctica docente o la adopción de cargos académicos o administrativos que
terminan por configurar otras trayectorias profesionales. Estas alternativas
ocupacionales de los profesores se van presentando después como parte de sus
expectativas de promoción y superación profesional que terminan por descentrar
su interés docente, en mayor medida cuando se asumen funciones de gestión
educativa.
No así cuando se intenta investigar sobre su propia práctica docente. En
este sentido, el profesor puede transitar de una práctica docente técnica y
empírica, hacia una capaz de articular la teoría con la práctica. El ingreso al
servicio docente, según los profesores, debe hacerse mediante el
establecimiento de una normatividad rigurosa, con la realización de concursos
de oposición, la definición de perfiles profesionales específicos y la garantía
de imparcialidad en los procesos de ingreso. Esto es difícil de lograr debido a
las condiciones cambiantes de la oferta y la demanda de empleo docente en el
país.
Las trayectorias de vida profesional son fácilmente predecibles para las
nuevas generaciones de profesores que se incorporan al trabajo docente.
Las competencias docentes.
Las competencias docentes.
Las competencias son los saberes que
movilizan los profesores para realizar acciones en situaciones concretas de su
trabajo docente. Estas competencias profesionales 181 se centran en el
uso interactivo de materiales de enseñanza, en la búsqueda, reflexión y
análisis de información relevante, en procesos de enseñanza y de aprendizaje
significativos y en alcanzar concordancia con el entorno cambiante por medio de
un pensamiento crítico y científico y la cooperación en grupos de trabajo a
partir de una sólida cultura individual (Zabalza, 2007).
Las competencias docentes pueden
asociarse a varias perspectivas; una de ellas es la racionalidad técnica de
la filosofía positivista, la cual postula que los profesionales resuelven
problemas instrumentales bien estructurados mediante la aplicación rigurosa de
las teorías y técnicas que se derivan del conocimiento científico. Sin embargo,
los problemas que enfrentan los profesionales en situaciones reales se ubican
en lo que Schön denomina las zonas indeterminadas de la práctica, que se
caracterizan por la incertidumbre, la singularidad y el conflicto de valores
(Schön, 1992, en Díaz Barriga, 2006:9).
Una manera de superar la incertidumbre y
el conflicto es reconocer los paradigmas que orientan las prácticas docentes.
En el cuadro 5 se observa que el aprendizaje que promueven los profesores está
mediado por distintos paradigmas.
El profesor debe participar de
manera comprometida, respetuosa y responsable en actividades sociales,
colaborativas y comunitarias, como parte de las competencias que corresponden a
su formación profesional y de las competencias que debe promover en sus alumnos
para su vida presente y futura. Justamente ahí están los retos de los docentes
en la enseñanza y el aprendizaje de la geografía, hacia los niños y jóvenes que
conformarán las sociedades del futuro.
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